La enfermedad del cuerpo afecta al espíritu; el uno no puede tener salud sin el otro.
De todos los males, el dolor es el que más se siente, y es el que, por la naturaleza, tiene menos remedios. . Cuando tu constancia te falle, llama a tu razón; cuando tu paciencia te abandone, llama a tu esperanza.
Sufrir es una necesidad de tu naturaleza. ¿Quieres que algún milagro te proteja de sus enseñanzas? ¿O quieres afligirte porque tienes sufrimientos, cuando estos vienen a todos? El sufrimiento es la cruz de oro sobre la cual se va abriendo la rosa del Alma.
Es injusto esperar quedar exento de aquello que debes aprender, de lo que naciste para aprender; sométete con modestia a las leyes de tu condición.
¿Dirías a las estaciones: "No paséis, porque me haré viejo"? ¿No es mejor sufrir bien lo que no puedes evitar?
El dolor que dura mucho, es moderado; por lo tanto, ruborízate de quejarte de él; el dolor violento es corto; pronto le ves el fin.
El cuerpo fue creado para servir al Alma; cuando afliges al Alma por el dolor del cuerpo, colocas al cuerpo por encima de ella.
Como el sabio no se aflige porque una espina le haya rasgado la vestidura, así el que tiene paciencia no aflige a su Alma porque se haya dañado aquello que la cubre.
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